Ayer tuve la primera cena en casa con mis nuevos compañeros. Mientras comíamos, Sophie, la dueña de la casa, me mostró un libro de Tintin. Creo que no veía uno desde hace mucho tiempo, ni siquiera me acuerdo cómo conocí a ese personaje. Es un chico que viaja por el mundo con su perro y sus amigos en busca de aventuras. En la historia muestra los paisajes, la gente, las costumbres, los animales, la cultura de los lugares que visita.
Me contó que asi fue como ella empezo a conocer el mundo. Una muy linda historia. Eso me llevo a pensar, cómo empece a conocerlo yo?
Seguramente en la escuela, como la mayoría de las personas. Pero eso no me despertó el interes necesario para armar la mochila y viajar. Mi puerta al mundo fueron los clásicos libros de alpinismo. Historias como la 1ra ascencion al Mont Blanc en Chamonix, considerada como el nacimiento de esta actividad, la trágica norte del Eiger y las expediciones al Himalaya fueron las que me inspiraron y me dieron la curiosidad que necesitaba para salir de mi país.
Las historias de los pioneros y los enamorados de esta actividad, como Walter Bonnati, o la innovación de Messner fueron las que me despertaron las ganas de conocer el mundo a través de las montañas.
Será casualidad que mi 1er viaje fuera del país haya sido a Nepal o Chamonix, lugares llenos de historia. Hoy los esquíes me trajeron a Austria, cuna de este deporte.
Otras personas conocen el mundo a traves de películas, o postales, como el viajero Juan Villarino
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