Cuantas emociones se sienten sobre las tablas. Las primeras noches antes de salir casi no podía dormir de la ansiedad. Me acuerdo que en uno de mis primeros viajes, cuando tenía 16 años, armé la mochila 6 meses antes salir con amigos a los refugios de Bariloche. Hoy vuelvo a sentir esa emoción y esas ganas de andar por espacios abiertos y nevados.
Recorrer las montañas con esquíes es algo que no solo deja huella en la nieve virgen, sino también debajo de la piel. Como contarle a mi gente lo que se siente? Quizás la música y las imágenes puedan ayudar:
Creo que este viaje fue posible gracias a la ayuda de varios amigos que me mostraron cosas que no sabía. Musicalmente tengo que agradecer a Leo, por enseñarme no solo a tocar la guitarra, sino también a expresarme mediante la música, lo cual no es un trabajo fácil teniendo en cuenta las limitaciones de mis dedos. Y a Jerry y Lio, por mostrarme este tema de Joe Hisaishi. Escucharlos tocar con la guitarra fue lo que me dio el impulso para intentarlo.
Y en lo que se refiere al esquí, todo empezó hace un par de años cuando hice una salida de esquí de travesía al Frey con mi compañero Luis, con quien fuimos a esquiar a uno de los lugares más increíbles del Chalten. En el camino, aparecieron otros compañeros que me enseñaron y con quienes compartí muy buenas salidas también, como Julian, Juan Pablo y en está última Ariel y Erik.
A donde me llevarán las tablas? Creo que más lejos de lo que pueda imaginar...
como dicen por ahi: buenas trazas!
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