lunes, 8 de marzo de 2010

Día 3 - Gorra Blanca



Me acuerdo que durante la noche sopló mucho viento. Como dormía en un catre colgado de una de las paredes del refugio, este se sacudía con el viento y me despertaba seguido. Ese día nos despertamos a las 6. Cómo estaba nublado, terminamos levantándonos tipo 7. Desayunamos, preparamos la mochila con grampones, jugo, algo para comer, campera de abrigo, cubre pantalón. El resto iría todo puesto.



Remontamos a ritmo constante el glaciar del Gorra Blanca hasta llegar al col. Pasé frío ya que estaba transpirado y soplaba un brisa helada. Durante el trayecto estuvo siempre nublado. En el col nos abrigamos para comer algunos chocolates y ponernos los grampones. Por suerte el cielo se abrió, así que junté coraje para sacarme la campera y seguir subiendo.



De ahí en adelante, las ascensión era por hielo / nieve dura, en 10 puntas, subiendo en sig sag, buscando la pasada más sencilla entre la forma de torta de crema que tiene esta parte de la montaña.



Luego en el filo, tuvimos que buscar la pasada y la encontramos en una mini chimenea inclinada. A continuación seguimos el filo lo más lejos posible de la cornisa. Desde abajo la cumbre se veía partida en dos por una grieta. Subimos a la primera y desde ahí encontramos detrás de esta una pasada a la cumbre verdadera.



El día estaba completamente despejado, el cielo era azul y limpio, desde ese punto pudimos ver todas las montañas que nos rodeaban y la inmensidad del hielo continental. Fue un momento de mucha alegría.



Bajamos con mucho calor. La nieve se empezaba a deshacer con los rayos del sol. En el col almorzamos una picada con una paisaje único. Nos calzamos las raquetas y seguimos viaje al refugio. En total fueron 9 horas de frío, calor y emociones.

Antes de salir al Gorra Blanca, sentí dudas, miedo. Estaba nublado, oscuro, sabía que iba a pasar frío. Tuve que juntar coraje para dar el primer paso y salir de la comodidad del refugio. Un consuelo era pensar que de esa forma, tendríamos menos comida para cargar los próximos días, jaja.



En contraposición, al volver de la cumbre sentí una satisfacción muy grande, la de elegir un desafío y empeñarse a fondo para conseguirlo. Esto es algo muy lindo, soñar con algo y transformarlo poco a poco, paso a paso, en realidad. Caminar es hacer, une el pensamiento con la acción (frase de Messner).

1 comentario:

Andrés Alejandro Navarro dijo...

increíble travesía, increíbles las fotos, gracias por compartir esta emoción... Es muy satisfactorio.