Mis últimos días en Innsbruck fueron especiales. Tenía esa sensación encontrada de querer volver a Bs. As. pero también de querer quedarme. A cual de los dos lugares llamo casa? Un poco a los dos, ambos tienen cosas que me hacen bien.
Para la última noche, Carlos y Agui organizaron una fiesta / parrilla de despedida donde invitaron algunos amigos. Esta gente me hizo sentir siempre como en mi casa. Fue un encuentro muy lindo.
Cuando llegó el momento de despedirme de ellos, me di cuenta que me costó. "Se te va a extrañar", me dijeron. Lo mismo digo, queridos amigos, no es fácil dejar a las buenas personas para seguir viaje.
En este lugar conocí gente que quisiera volver a ver y que me gustaría conocer un poco más también.
Tengo varias razones para volver el invierno próximo.
Después de 3 meses en los Alpes, donde me pasaron no se si muchas cosas, pero si muy intensas, me imagino va a ser difícil volver a ser la misma persona.
Cambiar todo lo que conozco por el esquí de travesía, donde hay tanto por descubrir, me llevó sin querer a verme de otra manera. Descubrí que en el fondo, cuando se apaga el ruido del día a día, tengo una gran capacidad para soñar. Y a pesar de mis miedos y dudas, puedo dar un paso al vacío, a una gran aventura.
Espero poder re-invertarme y continuar siendo un aventurero con ideas locas. Y que esa sea, de alguna manera, mi contribución a la sociedad en un mundo donde hacen falta más soñadores. No tengo ni idea cómo hacerlo. Descubrir el camino va a ser parte de la aventura.
Auf wiedersehen,
No hay comentarios:
Publicar un comentario